lunes, 29 de junio de 2009

JOSÉ MARÍN IBARRURI

SIEMPRE LEO LAS COSAS QUE PONE EN SU BLOG, LA VERDAD QUE SON POQUITAS PERO VERDADES COMO PUÑOS, Y POR SUPUESTO ES LA POLÍTICA QUE DESDE AQUÍ EN ASTURIAS ESTAMOS INTENTANDO LLEVAR OS VOY A COPIAR UNO DE ESTOS ARTICULOS, Y SI TENEIS TIEMPO ENLAZAR CON SU BLOG,

Los penúltimos "carrillistas": el Secretario General del PCM contradice al PCE y defiende la Constitución del 78

Un camarada de Madrid me envía la propuesta de Informe Político al Comité Central hecha por el Secretario General del PCM, Juan Ramón Sanz, y no puedo evitar indignarme porque este camarada sea el Secretario General de una de las Federaciones más importantes del PCE. Una importancia más histórica y numérica que real, porque de lo que no cabe duda es de que su situación organizativa y política no hace más que preocuparnos a quien observamos estupefactos como espectadores impotentes al proceso de descomposición al que han llevado Juan Ramón y Joaquín Sanz - Secretario General y Secretario de Organziación -, al PCM durante los últimos años. El año pasado la conferencia política del PCE anunciaba un importante paso a favor de la ruptura Constitucional y apostaba por la desvinculación de la Constitución de 1978, exigiendo un proceso constituyente a favor de la Tercera República. Ese paso ilusionó a muchos militantes y simpatizantes que hacía años que esperaban ese paso adelante del PCE, una nueva etapa que suponía un nuevo desafío para el Partido y para los comunistas. Aunque parece ser que no para todos. Es ahora el Secretario General del PCM el que se desmarca de esa ruptura y sale en defensa de la Constitución de 1978, de la que dice que es "la más progresiva de las cartas magnas europeas". Señala Sanz que aunque la Constitución del 78 fue un peaje calculado que incluía el diseño de la ley electoral y la no depuración del aparato jurídico-policial ni de las responsabilidades en el régimen anterior, el PCE debería reflexionar sobre la declaración de ruptura constitucional por parte de nuestro Partido. Se atreve a decir además que "una cosa es denunciar los incumplimientos constitucionales y otra caer en un discurso interiorizado mientras vamos desapareciendo del imaginario colectivo sumergidos en tacticismos para la supervivencia". Sorprende que diga esto un camarada que tiene al PCM inmerso en una situación de enfrentamiento e inactividad permanente, desaparecido del imaginario colectivo y con una organización bajo mínimos. Sin embargo, tanto a Juan Ramón Sanz como a Joaquín Sanz hay que reconocerles la habilidad para que ni unos ni otros se hayan puesto de acuerdo para quitárselo de en medio, y lo hacen manteniendo el conflicto entre las distintas sensibilidades dentro del PCM. Ahora pretende que el Comité Central le apruebe un documento en el que desprecia la apuesta por la ruptura Constitucional aprobada por el PCE, enfrentándose a una decisión tomada en los órganos. Si los miembros del Comité Central lo aprueban, estarán legitimando la involución carrillista. El informe político habla de muchas cosas, con palabras más o menos atractivas para todas las sensiblidades, aunque dedica también un parrafo a las supuestas plataformas y corrientes dentro del PCM, sin ser consciente, al parecer, que ellos mismos, "los Sanz", son una corriente y como tal actúan dentro del PCM pero también del PCE. Piden cohesión y casi centralismo democrático, pero contradicen una decisión tomada en la Conferencia Política, como es la ruptura con la Constitución de 1978. Además, critican a determinadas sensibilidades calificándolas de "corrientes", pero no lo hacen con todas, sino con las que son peligrosas para sus intereses, incluso personales. Con el resto, intentan pactar para tratar de repartirse el mísero pastel. Estos penúltimos "carrillistas" no quieren un Partido Comunista fuerte, sino inmerso en una inactividad constante. Estos penúltimos "carrillistas" siguen defendiendo una Constitución que puede contener partes con buenas palabras y pocas realidades, al igual que sus informes políticos. Estos penúltimos "carrillistas" son de las peores cosas que le han pasado al PCM en toda su historia. No tienen ni la valentía, ni la audacia, ni las ganas, ni las fuerzas, ni la voluntad, para resucitar al PCM, y ni siquiera la vergüenza de impedir su descomposición, pero mucho menos la de irse a su casa de una vez. Estos penúltimos "carrillistas" son la vergüenza de los comunistas de toda España, los que esperamos que algún día el Partido Comunista de Madrid vuelva a ser el referente que un dia fue.

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