martes, 3 de agosto de 2010

La política Pimpinela y la unidad de la izquierda transformadora

 Ignacio Loy Madera

  

Si IU de Asturias quiere ser parte de la izquierda ha de contribuir a la defensa de la mayoría social y divorciarse del PSOE definitivamente.

El mundo se ha polarizado en dos grandes bloques: quienes sacan tajada de la crisis mundial y quienes la sufren viendo cómo pierden su trabajo, se reducen sus salarios, se recortan las prestaciones sociales, se ahorra en inversión pública en educación, investigación o sanidad. En el Tercer Mundo, la crisis es aún más dramática pues está aumentando el número de muertes por hambre, desnutrición o enfermedades causadas por no tener acceso a agua potable, sida u otras enfermedades perfectamente curables. Al mismo tiempo, de manera obscena, hemos sabido que el número de ricos se ha incrementado en todo el mundo con la crisis y que éstos han aumentado la cuantía de su riqueza.

En Europa, la crisis ha aclarado el panorama en cuanto a la ubicación de las fuerzas políticas y está dejando en evidencia a aquéllas que se mueven en el filo, con un discurso «progresista» y unas prácticas similares a las tradicionalmente consideradas «conservadoras». El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los gobiernos de EE UU y de Europa forman un bloque que trabaja para que los grandes intereses financieros sigan dominando el mundo a su antojo, aunque para ello tengan que hacer cosas que hasta hace unos meses se negaban en redondo a hacer y que constituían señas de identidad de su mensaje a la ciudadanía. El caso del PSOE es paradigmático. Pero no cabe duda: forma parte del bloque de los ricos. Dicho en otros términos, derechas e izquierdas se tienen que posicionar claramente: las derechas, a favor de los intereses económicos de quienes mandan en el mundo; las izquierdas, a favor de los pobres y las mayorías de trabajadores, asalariados, pequeños empresarios y parados. Aquí y ahora hay opresores y oprimidos y cada uno de los bandos tiene organizaciones a su servicio. Izquierda Unida Federal ha escogido con nitidez su sitio pero, ¿dónde se ha situado IU de Asturias?

El Partido Comunista de España, fiel a su política histórica de convergencia con todas las fuerzas sociales de izquierda de cada momento, ha renovado su compromiso con el llamamiento a la refundación de su proyecto político: Izquierda Unida. Este proyecto se había desviado de su sentido original convirtiéndose en una fuerza política que sólo parecía tener sentido cuando el PSOE no podía por sí solo hacer su propia política. Este intento ha llevado a IU a su peor momento electoral bajo el mandato de Gaspar Llamazares pero, afortunadamente, IU consiguió enderezar su camino y desde la mayoría encabezada por Cayo Lara que impulsó el PCE ha encontrado su sitio al lado de los trabajadores. Una de sus propuestas esenciales fue la reunificación de toda la izquierda para hacer un frente común contra el entramado del capital y aquí es donde empiezan a aparecer las contradicciones heredadas del pasado, pues IU de Asturias participa de la política de los opresores y se beneficia de las migajas del poder en el llamado «gobierno plural de la izquierda». En las comunidades autónomas en las que IU mantenía pactos de gobierno, las tensiones tanto dentro de la organización como con sus socios se están agudizando.

Es lógico, porque en otros momentos puede que IU cumpliera un papel de hacer más progresista la política del PSOE, pero desde hace un año, está meridianamente claro que el PSOE es parte del entramado destinado a mantener el sistema a costa de los trabajadores y que IU, si quiere no ya liderar la unidad de la izquierda sino simplemente formar parte de ella, no puede permanecer ni un minuto más asociada con esa organización fiel servidora del capital.

En otros territorios, aunque minoritarias, se alzan ya las voces de quienes desde IU defienden que debemos abandonar los sillones autonómicos y salir a la calle con el resto de organizaciones de izquierdas. No se puede estar en los dos sitios. El drama para IU de Asturias es que no hay quien desde dentro les diga esto porque la mayoría del PCA ha sido expulsada y se niegan en la práctica a reconocerla y readmitirla, y eso hace que su desubicación sea más que evidente.

IU en todo el Estado está, poco a poco, resituándose ante la confrontación social que se avecina. Mientras los dirigentes de IU de Asturias se niegan a participar en la Asamblea de Refundación de la Izquierda, mantienen sus dos consejerías en las que los recortes en prestaciones son más dañinos, gestionan la errática política de vivienda del Gobierno de Areces y son incapaces de impedir cualquiera de las propuestas en las que había un desacuerdo radical.

Al mismo tiempo y de manera clamorosamente patética y burda pretenden quedar bien con sus votantes y con la mayoría de izquierdas de Asturias, amenazan con irse, pero nunca se van conformándose con cualquier cosa, van de manifestación con la pancarta y hasta afirman haber estado en huelga el pasado 8 de junio. Un mes después de tan inusual activismo contra las políticas del PSOE, IU votó favorablemente en el Parlamento asturiano la aplicación de esas mismas medidas que había rechazado en la calle y en el Parlamento español. No pudieron abstenerse y ahora tienen que estar una temporada escondidos para seguir con su teatro. Escenifican en él una tensión grandilocuente, pero nunca llegan a romper.

Muchos lectores recordarán a «Pimpinela», el famoso dueto argentino que hizo de la discusión de pareja un estilo musical. Pues bien, si IU de Asturias quiere formar parte de la izquierda que contribuya a la defensa de la mayoría social frente a la rapiña insaciable del capital, tienen que dejar de jugar a la «política pimpinela» con el PSOE y divorciarse definitivamente.

Nacho Loy Madera es Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Asturias   

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