viernes, 25 de julio de 2008

ASTURIAS NO ES PEDIGÜEÑA

Hace algunas fechas los medios de comunicación se hacían eco de la publicación por parte del Ministerio de Economía de las balanzas fiscales, es decir, de lo que cada Comunidad Autónoma aporta o recibe del Estado. Y es así que Asturias aparece en todas las tablas como Comunidad “beneficiaria”, detalle que por otra parte no puede sorprender a nadie teniendo en cuenta que estamos inmersos en una crisis estructural desde hace lustros tanto a nivel económico y productivo como – y esto es muy importante- demográfico.
Personalmente, no me parece negativo que se publiquen los datos pero sí opino que debe evitarse el uso interesado que se pudiera dar al análisis de los mismos. Es decir, que regiones que son “locomotoras económicas” como Madrid o Cataluña aporten recursos para otras más empobrecidas como Asturias o Extremadura me parece lógico y normal, y si esas u otras Comunidades pretenden “pasar factura” por sus aportaciones ello debe ser cortado por el Estado (entiéndase por tal al Gobierno Central) con idéntica energía a la empleada en el tema del referendo vasco.
Si se acepta que España es una nación es necesario aplicar, por encima de egoísmos concretos, el principio de solidaridad ínter territorial entre las distintas Comunidades Autónomas y solo así será posible profundizar en la cohesión política y social del país.
Asturias se halla hoy entre las “beneficiadas” pero hace décadas nuestra pequeña región contribuyó a aliviar los excedentes de mano de obra de otras provincias absorbiendo a legiones de trabajadores cuyo esfuerzo se fundió junto al de los asturianos en las minas, la siderurgia y los astilleros, situándose Asturias en aquella España del hambre a la vanguardia en cuanto a energía e industria, y también en cuanto a una serie de conquistas sociales arrancadas con mucho sacrificio y que abrieron la brecha para que se aplicaran en todo el país. No solo eso, sino que Asturias soportó posteriormente un brutal desmantelamiento industrial para el cual no estaba preparada dado que la burguesía asturiana primero y el Estado franquista después había exportado muy lejos los beneficios aquí generados. Incluso se dice que la situación sociopolítica en el País Vasco fue determinante para que hace años se apostara desde Madrid por inversiones públicas en su siderurgia dejando languidecer a la asturiana.
Y lo que queda es una región envejecida y empobrecida, con limitadas infraestructuras y escaso peso político para hacerse escuchar más allá del Pajares. Esa situación solo cambiará mediante el trabajo y la lucha de toda la sociedad asturiana pero, mientras, que nadie insinué que Asturias es pedigüeña.
César Balbino Arias

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