jueves, 3 de julio de 2008

EL PARTIDO COMUNISTA DE ASTURIAS RECHAZA LA ABERRANTE DIRECTIVA EUROPEA SOBRE LA AMPLIACIÓN DE LA JORNADA LABORAL

Las relaciones de producción capitalistas, y la economía de mercado, junto a la arbitrariedad intencionada, nos lleva a malvivir como esclavos del capital; el uso y la utilización como mercancía humana, es lo que está detrás de las barbaridades, aprobadas , por parte de los que cabe calificar como antropófagos, los ministros de Trabajo de la Unión Europea, sobre la ampliación del límite de la jornada hasta un máximo de 65 horas semanales por acuerdo entre empresario y trabajador, y ya sabemos que ese “acuerdo” significa imposición empresarial. La sustitución de los convenios colectivos por la individualización de las relaciones laborales será una de las consecuencias de una directiva que concreta sin diplomacias de ningún tipo, lo que la clase capitalista es: una clase depredadora, para la que el ser humano es visto como una mercancía necesaria como instrumento conducente al logro de inmensos beneficios para el capital. Cuando más necesario es el reparto del empleo, la reducción de la jornada laboral, volver a la cada vez más olvidada reivindicación de las 35 horas por Ley ,es cuando en una nueva ofensiva de los poderes económicos y su representación política en la U.E , buscan que el parlamento europeo ratifique una directiva que desregulariza aún más el mercado laboral ,y deja en la más absoluta desprotección a las trabajadoras y trabajadores, consolida la destrucción del mercado laboral, socava la conciliación de la vida laboral y familiar en una Europa con los índices de natalidad más bajos del mundo, y legitima el salvajismo en las relaciones laborales.  No les vale que millones de trabajadores y trabajadoras sobrevivan con salarios de miseria, sin protección social y sin derechos sindicales y laborales, ahora quieren una Europa en regresión al siglo XIX, eliminando los derechos que tanto esfuerzo y vidas nos costó. Ejercen un total desprecio, e intentan edificar su mundo de ganancias sin límite, consolidando la explotación “legal” de los inmigrantes con y sin papeles y extendiendo esta explotación a los trabajadores europeos. El Tratado de Lisboa conserva los mismos principios y políticas neoliberales del fracasado Tratado constitucional, incrementa la militarización de la seguridad y sanciona un modelo que todo lo condiciona a la preeminencia del libre mercado sobre cualquier otra consideración de protección social. Las recientes sentencias del Tribunal Europeo en los casos “Vaxholm”, “Viking” y “Rüfert” que sancionan el derecho de las empresas europeas a prestar servicios fuera de su país de origen pagando a sus trabajadores no sobre la base salarial del Estado donde se realiza el trabajo sino sobre la de la referencia de origen, supone un claro dumping social y un ataque frontal a las conquistas sociales y al movimiento social europeo. Los artículos 43 y 49, de libertad de establecimiento y libertad de prestación de servicios de los Tratados, establece esa primacía sobre los derechos sociales y laborales. Esas sentencias consagran la posibilidad de neutralizar esos derechos en nombre del derecho de las empresas a circular libremente por el mercado. La flexiseguridad, las deslocalizaciones, la siniestralidad y la criminalización de la inmigración forman parte estructural de un modelo de crecimiento y de acumulación de capital salvaje e insostenible. La directiva de las 65 horas contribuye a que los empresarios de los países que no la asuman amenacen con la deslocalización. En la UE actualmente se sitúa el límite de la jornada semanal en las 48 horas. El Estatuto de los Trabajadores en España establece la jornada de 40 horas semanales. Los convenios colectivos de algunos sectores de actividad y de empresa establecen menos horas, así como los trabajadores de la función pública que fijan la jornada laboral semanal en las 35 horas. La directiva de retorno de trabajadores inmigrantes que pretende la deportación de más de 8 millones de inmigrantes sancionando la figura de “ detención administrativa” por un periodo de hasta 18 meses, es el botón de muestra más claro del retroceso de los valores y principios garantistas de los derechos humanos en la UE. Mientras la UE se dispone a esa deportación, sus Estados Miembros reducen la ayuda internacional a la cooperación hasta en un 8% menos que en el 2007 contribuyendo así al incumplimiento de los objetivos del milenio. Es vergonzante que el Ministro de Trabajo español diga que rechaza en nombre de España esta directiva y lo haga absteniéndose, cuando tenía que haber sido claro, rechazando sin paliativos y procediendo a votar en contra de estas medidas y, aunque diga que en España no se van a aplicar, abren la puerta a que cualquier gobierno de “turno” lo haga posible. La clase obrera a través de una gran movilización, debe exigir al Gobierno Español y a los de la UE que tienen que ponerse a luchar decididamente para que los trabajadores y trabajadoras de los países no realicen jornadas como las que se pretenden imponer, y reducir las que se hacen legalmente, para que haya trabajo para todas y todos y no estar dependiendo casi con exclusividad de los deseos del mercado laboral y la patronal. Es significativa la posición de las “democráticas” CEOE y de la FADE asturiana, en el sentido de considerar esta medida positiva de modo que favorecería la competitividad de las empresas, lo que redundaría en la creación de empleo. Es el pensamiento histórico de la patronal, el abaratamiento de costes siempre por el lado más fácil. Resulta que para crear empleo cada trabajador/a debe trabajar el doble de lo legalmente establecido. No deja de ser un insulto al sentido común esta falacia, tras la que se esconde la pretensión de siempre; cuando la economía va bien, o mal, la solución siempre es la misma, la reducción de los costes salariales, para mantener y ampliar las tasas de beneficio a los que nos tienen acostumbrados la impresentable clase empresarial. En el último año la banca ganó 30.000 millones de euros (un 19,6 % más que en 2006) y las empresas del IBEX 35 ganaron 13.000 millones de euros en el primer trimestre de 2008 (un 16,7 % más que en el mismo periodo de 2007). El partido Comunista de Asturias echa en falta que , por ahora, las declaraciones efectuadas por el movimiento sindical y político de la izquierda europea, española y asturiana no hayan sido todo lo contundentes que el caso requería, y hacemos un llamamiento a la militancia y al conjunto de la clase trabajadora asturiana, a los sindicatos y al resto de partidos políticos que confrontan con el capital a unirse y a enfrentarse con todas sus fuerzas a esta agresión con cuantas movilizaciones e iniciativas se pongan en marcha para evitar su aprobación por el parlamento europeo.

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