viernes, 17 de abril de 2009

Portaminas y/o movilidad limitada en el Espacio Europeo

 Se ensalza a Bolonia por los cambios que traerá pero se resisten a la movilidad en un mundo globalizado.

AGUSTÍN CASADO PORTAVOZ DE LA PLATAFORMA PRO AMPLIACIÓN DEL CAMPUS DE MIERES Unos entran en Bolonia y otros están a punto de entrar -como es el caso del campus de Mieres-, o al menos eso se transmite por parte de las autoridades académicas a través de los medios de comunicación; mientras tanto, una gran mayoría de los asturianos y, supongo, del resto de los nacionales se sienten perplejos al leer, escuchar o comentar que todavía, después de más de una década, no sabemos exactamente qué significa o implica Bolonia, o, dicho de otra forma, la adaptación al Espacio Europeo. Por ello, la Plataforma pro Ampliación del Campus de Mieres está sobre ascuas con éstas y otras noticias que nos llegan en avalancha sin que las autoridades académicas, autonómicas o locales nos informen seriamente y no a golpe de telégrafo: hoy. grados. como. están; mañana. Ingeniería. de. Caminos; pasado. mañana. Ingeniería. de. Montes; Minas. de. Oviedo. No. Se traslada. 20 km. El caso es que, como he señalado anteriormente, llevamos -en Mieres/campus de Mieres- más de doce años recibiendo promesas, año tras año, sobre que el próximo se impartirán nuevas o antiguas titulaciones que estarán más o menos relacionadas temáticamente. También se comprometieron nuevos laboratorios, cuyo número mágico era o es 69, pero que en algunos momentos sobrepasó los 80, y, sin embargo, no se ha alcanzado en ningún momento ni el número de laboratorios previsto ni el traído y llevado excelente equipamiento de los mismos. Tampoco se han abierto los espacios deportivos que por fin se construyeron en el entorno del campus ni se finalizó la parte de los equipamiento deportivos previstos en el entorno del Batán. De Ablaña -también figuraba en el proyecto inicial de la ampliación del campus- sí queremos hablar, pero no sabemos con quién. Así que después de más de doce años que se empezó con la ampliación del campus de Mieres y disponiendo de los fondos mineros necesarios para llevarla a cabo, ésta está empezada pero no acabada.  Volviendo al tema de Bolonia y a la parte que le corresponde al campus de Mieres, la Plataforma pro Ampliación del Campus de Mieres quiere hacer hincapié en algunos parámetros que se han puesto como meta a cumplir para adaptarnos al Espacio Europeo: movilidad, equipamiento, adaptación a las nuevas metodologías de enseñanza, etcétera, y que teniendo en cuenta la precaria situación económica de la Universidad asturiana, agravada por la crisis, aunque es verdad que la Universidad siempre ha padecido su propia crisis económica particular, pensamos que debería diseñarse el mapa de grados de tal forma que hubiera un cierto equilibrio entre los tres campus que actualmente constituyen la Universidad asturiana y, a la vez, procurar que, además de las «inversiones» académicas, las económicas también resultaran lo más rentables posible no sólo para la Universidad -respetando su «autonomía»-, sino también para el conjunto de los asturianos, que en este comprometido y difícil trámite estamos representados por el Gobierno regional, tal como se nos transmite repetidamente a través de los medios de comunicación.  La intranquilidad en el seno de la plataforma surge del aluvión de noticias que nos llegan a diario desde hace meses y de que va pasando el tiempo y se acerca la esperada, pero también temida, fecha de 2010, fecha que establece el límite para adaptarse a Bolonia, sin que en Mieres se tengan noticias ciertas del posible y esperado desarrollo del campus.  Me viene a la memoria, últimamente, alguno de los momentos difíciles por los que el municipio de Mieres pasó en los últimos 50 años, manifestaciones, huelgas, cierres de pozos mineros y, como no, el cuasi cierre de la Fábrica de Mieres, allá por los primeros años de la década de los setenta del pasado siglo XX, cierre que, cual vendaval, desplazó a unas 3.000 familias a 50 kilómetros de distancia, lo que significó un descenso de más del 14 por ciento de la población en nuestro municipio y el desplazamiento intermitente de un gran número de mierenses que no quisieron emigrar y eligieron el viaje de ida y vuelta diario para realizar su jornada laboral sin abandonar Mieres y siguiendo con su trabajo siderúrgico. Por eso, me gustaría que todos, todos, pusiéramos algo de nuestra parte y colaborásemos para lograr construir una Universidad adecuada al marco de Bolonia y, por lo tanto, aceptable o aceptada por todos los asturianos. Hay que pensar que el suceso que relato, que todavía hoy colea, ocurrió hace casi cuarenta años y que en aquel momento las infraestructuras eran muy diferentes a las de ahora y, también, menos abundantes. Recordar, también, que en aquel momento no se recibieron muchos apoyos para evitar el nefasto éxodo, que, unido al posterior cierre de varios pozos mineros, generó un brutal descenso de la población, del que difícilmente nos podremos recuperar.  Sigo, se reclama autonomía, pero a la vez se transmiten mensajes amenazadores sobre lo que se haría si sucediesen determinados hechos. Se dice que deben primar la razón, la lógica, los euros bien gastados, etcétera. Se ensalza a Bolonia por los cambios que traerá, pero se resisten a la movilidad, en un mundo -como dicen- globalizado en el que desplazarse a cualquier país está al alcance de un gran número de viajeros y estudiantes. Cuando ojeo los medios de comunicación tengo la impresión de que muchas personas no saben dónde está Mieres o que piensan que se ha quedado anclada en otra u otras épocas. Ya hace más de 150 años que en Mieres comenzó a funcionar una Escuela de Capataces y desde entonces se han formado más de 5.000 titulados, luego tenemos cierta tradición en la formación de técnicos minero-metalúrgicos; estudiantes, después técnicos, que no pusieron trabas a desplazarse a Mieres para cursar sus estudios, y eso que la gran mayoría trabajaba, como tampoco pusieron trabas para venir a Mieres los ingenieros que ocuparon los cargos directivos en los pozos y lavaderos de carbón o en los talleres de Fábrica de Mieres, destacando grandes personalidades como Numa Guilhou, Jerónimo Ibrán, etcétera, a los cuales Mieres, en agradecimiento, dotó con sus nombres a calles y plazas, para que siempre estuvieran en el recuerdo de los mierenses, ciudadanos como los de otros municipios.  Además de tradición, el campus de Mieres cuenta con unas instalaciones modernas y espaciosas en las que los estudiantes y profesores pueden o podrán desarrollar perfectamente sus distintas labores, sobre todo cuando terminen de instalarse los equipamientos pendientes, en uno de los cuales dispondrán de 120 plazas de alojamiento.  Debe tenerse en cuenta que si definitivamente se equipan los laboratorios del centro, disponiéndose como se dispone de financiación, ésos estarán dotados de los aparatos y técnicas de análisis más actuales y podrán utilizarse por un mayor número de alumnos y profesores (tanto desde el punto de vista docente como investigador), evitando duplicidades que producirían mayor inversión inicial y mayores costes de mantenimiento. Desde nuestro punto de vista, el tema económico es el segundo en importancia, después del docente, tanto en el apartado de gastos de desplazamiento por parte de los profesores de unos campus a otros como en el de mantenimiento de los edificios, ya que mantener varios edificios en uso implica un mayor coste que agrupar en uno a profesores y alumnos de temáticas afines.  Quisiéramos, también, dejar constancia de las buenas comunicaciones que tiene Mieres, tanto por ferrocarril como por carretera, ya que en poco más de 12 minutos se puede llegar a Oviedo y en unos 22 minutos a Gijón; por no hablar -llegados los momentos de ocio- de lo cercanas que están las pistas de esquí de Fuentes de Invierno y Pajares, los ríos trucheros, las montañas para practicar senderismo o escalada, y si nos quedamos en el casco urbano o sus alrededores, podemos mencionar la posibilidad de disfrutar de las rutas del vino o la sidra y de la gastronomía. En resumen, créanme, la civilización ya estaba en Mieres, no se dejen llevar por alarmismos o calenturas otoñales, además de estar cerca de muchos sitios, como he señalado anteriormente, Mieres es un municipio de unos 45.000 habitantes, tranquilo (sólo se «tiran» algunos barrenos -dinamita- el día de Santa Bárbara; es una tradición minera que se ha recuperado gracias a la Asociación Santa Bárbara) y apacible, fíjense que los ciudadanos se saludan por la calle, ya que la gran mayoría se conocen personalmente o a través de amigos. Además, las carreteras que llegan a Mieres y las calles que la forman son bastante anchas y por ellas se pueden transportar volúmenes importantes, que, pese a su posible peso elevado, siempre habrá algún sistema que pueda moverlos o algunos vecinos que puedan ayudar en la mudanza.  Por último, después de la exposición pasamos a exponer, de forma resumida, el punto de vista de la Plataforma pro Ampliación del Campus de Mieres en formato de solicitud, sin acritud:  1) Solicitamos se respeten las grandes líneas del proyecto inicial de ampliación del campus de Mieres, aprobadas en el claustro de la Universidad asturiana y definidas en el plan plurianual 1999-2004.  2) Solicitamos se dote de los mejores equipamientos posibles al campus de Mieres, tanto en el plano docente como en el investigador y en el de los servicios.  3) Solicitamos se realice el mapa de grados y posgrados de acuerdo con los parámetros marcados por la propia Universidad y aceptados por el Gobierno regional (evitar duplicidades, optimización del gasto, movilidad, si es necesaria, etcétera). Conviene recordar en este apartado que la adaptación a Bolonia implica una serie de cambios y que debería evitarse que los cambios que se produzcan sean sólo de nombre. Asimismo, deseamos que los alumnos que cursen, en un futuro, los grados puedan, una vez adquirido el grado, trabajar de acuerdo con la legalidad vigente y/o estudiar un posgrado, si lo desean, sin los conocidos «cursos puente» (que más bien resultaban barreras infranqueables en algunas titulaciones), si la temática del grado es similar a la del posgrado.

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